Puertas automáticas correderas, de apertura lateral
Este tipo de puertas se construyen a medida del cliente y las opciones de configuración son muy variadas. La puerta se puede instalar con apertura hacia la derecha o hacia la izquierda, según la estructura del edificio o preferencia del cliente.
Son puertas automáticas que se adaptan a su espacio
Las puertas correderas automáticas pueden adaptarse a las necesidades de tus entradas. Si el espacio es limitado, se pueden construir puertas correderas para que desaparezcan en la pared y se puedan cumplir diferentes requisitos térmicos con características como el vidrio aislante y el cierre con sensor.
Así que ya sea en un hospital, una tienda de ropa, centro comercial, edificio de oficinas o una tienda minorista, un hotel o un edificio público, o en cualquier otro lugar, siempre vale la pena considerar la opción de las puertas correderas automáticas, ya que pueden aportar grandes beneficios a casi todos los entornos.
Las puertas automáticas correderas que se pueden instalar pueden ser de diferentes materiales. Prácticamente casi cualquier puerta podría adaptarse a un sistema automático de corredera, pero es mejor emplear las que ya están fabricadas para tal fin. Pueden ser de cristal, que es el material más empleado en comercios, o de hierro resistente, como suele instalarse en puertas de garaje.
Sistema muy empleado en las entradas de garajes o parkings
Son el modelo de puertas automáticas más extendido. Sus características y sencillez, hace que sean las elegidas en diferentes entornos desde centros comerciales a centros sanitarios u oficinas. También son un tipo de puerta automática muy apreciada para garajes o plazas de parking. Es importante destacar que para mejorar su eficacia, la clave está en disponer de un buen motor que realice el movimiento de apertura y cierre.
El concepto de puerta corredera es el de una puerta de una o dos hojas que para abrirse se desplaza sobre ruedas que circulan por unos raíles y queda alineada con la pared. Este sistema de apertura puede ser manual pero mejora notablemente su funcionalidad con la incorporación de un motor.
Ventajas de las puertas correderas
En general, las puertas de motor corredera reúnen varias ventajas. Una de ellas es la facilidad de acceso a personas con dificultades de movilidad, una persona que pueda acudir cargada o cualquier persona que tenga que cruzar la puerta.
Por eso, este tipo de puertas resulta adecuada sobre todo para entornos comerciales en los que al disponer de una puerta corredera que se abre ante la llegada de un cliente es una clara invitación a pasar. Pero últimamente también se emplean como puertas de portal para mejorar la accesibilidad de todos.
Otra de las ventajas que reporta la elección de una puerta de motor corredera es que ayuda de manera notable a controlar la temperatura del edificio donde se instale (cuando no se trata de puerta de garaje), de manera que se abre solo cuando se acerca una persona y se cierra cuando pasa. El resto del tiempo nos aseguramos de que el recinto está cerrado.
El motor permite regular la velocidad de apertura y cierre, como también el tiempo de espera para volver a actuar. Así se consigue que la puerta permanezca abierta el menor tiempo posible. Y esto significa a su vez que no se mezcla la temperatura exterior y la interior.
Inconvenientes de las puertas correderas
Son pocos los inconvenientes que podemos encontrar. Más que inconvenientes, debemos hablar sobre el espacio disponible a un lado u otro de la puerta y el mantenimiento o limpieza del carril del suelo.
En cuanto al espacio necesario para montar una puerta de motor corredera destaca la necesidad de espacio lateral para el desplazamiento de la hoja y si es de dos aún más. es decir, que a la derecha o a la izquierda del hueco de la puerta, debe existir un espacio suficiente para que la puerta se pueda desplazar lateralmente.
La otra cuestión atener en cuenta de las puertas correderas son precisamente los raíles por los que se deslizan. Hay que tener cuidado de que estén limpios y en perfecto estado para que no dañen la hoja de la puerta y se muevan de manera correcta sin hacer movimientos extraños que pudieran estropear el sistema.
